Si en invierno hace mucho frío, mucho viento y lluvia… te aguantas, que es lo que toca. Pero ¡¡¿¿a finales de abril…??!!
Os aseguro que si no hubiese estado de vacaciones con 3 noches reservadas en la casa rural Santa Ana,
me habría ido a resguardar bajo unas mantas y junto a un fuego… o similar (admito radiador encendido 😉 ).
Restaurante Las Musas
Tras dejar las maletas en la casa rural Santa Ana, decidimos tomarnos con calma la tarde y coger fuerzas en Las Musas, un restaurante muy recomendado en Campo de Criptana. Nos decantamos por el menú especial que incluía 6 platos muy diferentes entre sí, donde se mezclaban sabores, texturas y colores con un gusto exquisito y como postre, nos sorprendieron con una “sopa”… de almendras y helado de chocolate.
La única pega que pudimos encontrar fue que se espaciaron demasiado los tiempos entre plato y plato, lo que implicó dos horas de comida. En otras circunstancias, nos habríamos disgustado, pero dado el día que hacía fuera… optamos por saborear cada bocado que llegaba a nuestra mesa. Los maîtres nos encantaron.
Molinos de viento y las “moliendas históricas”
Solo existen tres molinos de viento que conserven la estructura y maquinaria original del siglo XVI en toda la Península Ibérica y están en la Sierra de los Molinos.
Tiene que ser curioso ver cómo se realizan “moliendas históricas“.
- En el molino El Gigante (en Mota del Cuervo) se realizan todos los domingo del año.
- En el molino Burleta (en Campo de Criptana) el 1er domingo de cada mes.
- Y en el molino Sancho (en Consuegra) solo una vez al año, en octubre.
En el próximo viaje lo intentaré organizar para ver alguna de estas moliendas.
Castillo de Belmonte
Con los dedos agarrotados y las uñas medio moradas (¡y no las llevaba pintadas!) cogimos el coche sin muchas ganas de volver a salir de él. ¿Y ahora qué hacemos…? Estando en Castilla… vamos a ver castillos, ¿no?
Había leído sobre la reciente restauración y la historia del castillo de Belmonte, pero no miré la hora… y cuando llegamos estaba desértico y cerrado.
Congelados, cansados, algo desanimados y con la sensación de haber comido hace poco, nos fuimos a la casa rural Santa Ana, donde nos encontramos unas deliciosas sopas de ajo sobre la chimenea y una nota de Joaquín, dándonos las buenas noches y ofreciéndonos compartir su cena con nosotros… impagable.
Visto lo visto, los 3 dias del viaje fueron maravillosos, creo que habrá que volver, pero en Junio, ni frio ni calor, porque la Mancha en verano…, tampoco debe de ser muy agradable, así que ánimo.
Tienes razón. Fantásticos días, fantásticos recuerdos.
¡¡Qué ganas de perderme entre castillos, molinos y flamencos me acaban de entrar!!
Qué ilusión me hace que me lo digas después de leer el artículo, pero Ester… no me extraña… !!
A estos sitios hay que volver y con la lección aprendida, que es cuando disfrutas y ves más cosas.
Claro que si vas un poco a la aventura… no tiene por qué salir mal… 😉
Mola tu blog, Sonia. Magníficas fotos y comentarios. Un abrazo
Gracias, gracias, gracias.
Conociendo “algunas” de tus fotos y habiendo leído algo de lo que escribes en tu blog (http://rafabartolome.blogspot.com.es/) es un privilegio recibir tus piropos.